viernes, 18 de octubre de 2013

Las agencias de calificación de riesgos crediticios


LAS AGENCIAS DE CALIFICACIÓN. Una introducción al actual poder del capital.

                                                     (Reseña del libro de Werner Rügemer, Virus Editorial, publicada    en la revista Temas para el debate de octubre  2013. nº 227)  

Aunque han sido una de las causas de la crisis financiera que desde 2007 expandió Wall Street, las agencias de calificación de riesgos financieros siguen dominando los mercados internacionales del crédito y el endeudamiento de empresas y de Estados otrora soberanos; y pese a las críticas y las reformas, han salido reforzadas como parte de lo que llaman “los mercados”, esa instancia suprema que convierte a menudo a los gobiernos en meros gestores de los intereses bancarios.

En este libro de Werner Rügemer, doctor en filosofía y periodista de investigación especializado en delincuencia bancaria, encontramos un análisis de este problemático instrumento del capitalismo global que contribuye al endeudamiento sistèmico, aportando una información valiosa de la que suele carecer nuestra “clase política”. Desde la perspectiva del predominio de las finanzas, en esta investigación destacan tres puntos, como son la falacia demostrada de la pretendida objetividad de las calificaciones de riesgo; la estructura enmarañada de la propiedad de las agencias que desmiente su independencia; y, sobre todo, su integración en un sistema financiero global mediante el cual se imponen los intereses del capital sobre los de la ciudadanía.

Las calificaciones del crédito por cuenta del acreedor, sus criterios y métodos de trabajo de estas agencias, esconden los motivos espurios en que se sustentan. Y hay casos en que se perciben fácilmente las motivaciones políticas como fue la pérdida de la máxima calificación, la triple A, para la deuda publica de los EEUU en el verano de 2011, que gran parte de los analistas consideraron como una penalización de la inclinación social de Obama en su disputa con la oposición republicana. Otro ejemplo es el manejo que han hecho las tres principales agencias de las calificaciones “no solicitadas” para los bonos soberanos europeos, que fueron publicitadas motu propio en determinados momentos durante la crisis del euro. Una visión del asunto particularmente relevante viniendo de un experto alemán, quien nos recuerda que la historia comenzó cuando en “la comunidad financiera” se difundió la fórmula de “los PIGS” (cerdos en inglés) para referirse a Portugal, Irlanda, Grecia y “Spain”, lo que significó una rebaja psicológica y mediática que precedió a las rebajas sucesivas de las calificaciones por las tres agencias, aunque en otro orden: Irlanda primero, seguida de Grecia y Portugal y luego España; todo en función de los intereses que representan estas reverenciadas agencias, empresas privadas que buscan el lucro propio y de los grupos de que dependen.

Porque ese es un dato que generalmente se ignora o se oculta y que explica que, de las miles de agencias de calificación disponibles, “las tres grandes” Standard & Poor, Moody´s y Fitch dominen el 95 % del mercado global de estos servicios; y que como tales empresas privadas se integran en grandes grupos empresariales globales. S&P pertenece al grupo McGraw Hill, conocida editorial y matriz de una variada gama de empresas, como la gestora del famoso índice bursátil S&P 500; Moody´s Investors Service depende de Moody´s Corporation de la que a su vez dependen empresas con intereses en software financiero, análisis de riesgos, etc.: y la agencia Fitch, la menos importante de las tres, es del holding Fimalac, que tiene como dueños al financiero francés Marc Ladreit de la Charrière y al magnate de medios Hearst. Todos vinculados con grandes fondos de alto riesgo como Capital Group, BlackRock y otros.

Este libro de lectura recomendable y fácil, muestra cómo las finanzas han logrado un modelo de agencias  reconocido como oficial por  legislaciones, gobiernos, el BCE, el FMI, etc., con un marco jurídico que ampara su irresponsabilidad por los errores y desmanes demostrados. Mientras tanto, estas empresas privadas actúan como lobbies del capital dentro del sistema, gozando a su vez del apoyo de grandes lobbies financieros como el Instituto de Finanzas Internacionales, contrario a la creación de una agencia europea propia que tantas veces ha sido anunciada.-