viernes, 2 de marzo de 2012

En la UE ¿manda Merkozy o la banca?



La obligación singularmente injusta y vergonzosa impuesta por la UE a Grecia de reducir el salario mínimo y las pensiones va paralela al acontecimiento europeo más importante de 2011, que ha sido la reestructuración parcial de la deuda de Grecia en opinión de una mayoría de lectores de prensa vía Presseeurop. Y lo es, porque la larga negociación evidencia que la banca se ha impuesto una vez más al directorio germanofrancés que rige esta UE. El acuerdo de febrero de 2012 se inició en julio de 2011, cuando el Consejo europeo ya consensuó un segundo plan de rescate de Grecia unido a una reducción de la deuda griega con cargo a los bancos. Y dado el deterioro griego, los 109,000 millones de euros iniciales son ahora 130,000; pero en gran parte irán a la cuenta bloqueada creada para garantizar los pagos de nueva deuda griega, condición exigida por la banca.

Antes de julio pasado, la pretensión de Merkel y Sarkozy anunciada tras la reunión de Deauville, era penalizar a los bancos que especulaban obligándoles a “recortar” el valor de la deuda griega en su poder, pero el propósito tropezó con dificultades “técnicas” en la práctica; por tanto, tendría que ser “voluntaria” la permuta o canje de los bonos griegos que tuvieran los bancos por otros nuevos de mayor duración y otros tipos de interés menores. Y al final, la quita o pérdida del 50 % acordada con la banca primero, se ha quedado –dicen - en un 53,5 % del valor nominal, sin que nadie explique las matemáticas aplicadas. En cambio se sabe que los lobbys bancarios obligaron a nuestros gobernantes a rectificar el planteamiento inicial de la imposición obligatoria del canje a los bancos alemanes y franceses, como dijo la prensa. Como la autorregulación de estos mercados impone sus propias normas, resultó que, contrariamente a las previsiones políticas, el acuerdo europeo no podía plantearse coactivamente porque habría sido considerado por “los mercados” un “default” o impago de Grecia, obligando a los bancos “aseguradores” de los CDS soberanos a pagar las indemnizaciones a quienes tuvieran bonos griegos, algo que nadie podía cuantificar. Los CDS (crédit default swap) son un pretendido seguro sobre el crédito concedido a un Estado o a una empresa, para el caso del impago de los intereses o del principal. El impago habría provocado un incremento de la llamada prima de riesgo y el previsible desencadenamiento una venta masiva de bonos soberanos y de CDS, un falso seguro del crédito excluido de las regulaciones de seguros.

Para entender este puzzle hay que tener presente que la ISDA (sociedad internacional de swaps y derivados), una sociedad gremial de grandes bancos, establece una “legalidad privada” sobre el mercado opaco de los CDS, unos derivados del crédito; y el modelo de contrato de CDS normalizado por la IASD prevé que las indemnizaciones solamente se paguen cuando se produce un “crédit event”, algo así como una contingencia del crédito que signifique la imposibilidad de cobro de los intereses o la amortización de lo asegurado. Por consiguiente, los gobernantes europeos hubieron de negociar de modo soterrado con esa potente asociación gremial de especuladores de derivados sobre cómo se haría el canje de bonos griegos de nuevos por viejos para que fuese “voluntario” y careciera de la consideración de un “crédit event” o evento crediticio, algo que habría empeorado seriamente la financiación de los países del euro en los mercados, porque los “inversores” se habrían encontrado con unas pérdidas que no estaban en sus previsiones y habrían vendido ingentes cantidades de bonos soberanos al quedar “no asegurados”, disparando la llamada prima de riesgo. Y los expertos aseguran que una catástrofe financiera de Grecia sería equiparable a la de Lehman Brothers. Pero al mismo tiempo ese pacto de tapadillo de la UE con la ISDA provocó malestar entre algunos “inversores” o especuladores del euro, que habrían preferido cobrar las indemnizaciones de los CDS si el canje se hubiera planteado de modo coactivo, según contó el Financial Times hace meses. De ahí que el acuerdo del Consejo europeo sobre refinanciación de la deuda soberana griega, se reflejara entonces en el comunicado oficial diciendo simplemente que se había “tomado nota de la disposición del sector privado de contribuir a la ayuda de Grecia desde una base voluntaria”.

Y de ahí las largas y opacas negociaciones a tres bandas UE-FMI con Grecia y con los bancos; mientras estos y los fondos especulativos trataban con las autoridades griegas sobre condiciones del canje voluntario de la deuda griega, sin que realmente se conozcan, dicen los expertos, los cálculos manejados. Unas negociaciones en que la representación del sector privado la ha llevado el Instituto de Finanzas Internacionales, un sólido lobby bancario de alcance mundial, que por cierto preside Josef Ackerman, máximo ejecutivo del Deustche Bank. En definitiva, un claro ejemplo más de los múltiples mecanismos financieros establecidos por los que “los mercados” imponen a las democracias, como analizo en mi libro El casino que nos gobierna (Clave intelectual, 2012)

Según el citado sondeo de Presseurop, el segundo y el tercer acontecimiento más importante del año en Europa son los indignados (24%) y la gestión de la UE por Merkozy (17%). Es decir, el hartazgo de millones de europeos frente al reparto injusto de los costes de la crisis financiera y la gestión de Merkozy que intenta suplir el vacío institucional de la UE.-

(Nota: Este texto iba ser publicado por el diario Público que cerró el pasado sábado)

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