domingo, 22 de marzo de 2009

La nacionalización del Hypo Real Estate esconde el descontrol de la banca europea


Todo indica que Alemania llevará a cabo en 2009 la primera nacionalización bancaria desde los años treinta. El viernes 20 de marzo pasado, el Bundestag aprobaba la ley que permitirá al gobierno alemán decretar como último recurso la nacionalización del banco hipotecario Hypo Real Estate (HRE), porque arrastra unos apuros financieros que no los han resuelto los 100,000 millones de euros recibidos del contribuyente alemán en rescates y garantías hasta la fecha.
El caso del HRE revela los excesos de una banca europea como operadora de los mercados mundiales, que se revela descontrolada por sus reguladores nacionales alemanes, cuando se suponía que las finanzas europeas estaban más supervisadas que las estadounidenses. Pero sobre todo muestra su profunda opacidad que genera la desinformación que ha manifestado el gobierno alemán sobre sus bancos.

¿Qué sabe realmente sobre el HRE el gobierno alemán de coalición?

En octubre último, el ministro de finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbrück criticaba duramente al sistema financiero estadounidense por sus fallos de supervisión y poco después volvían a aflorar los problemas de liquidez del HRE. Y unos días más tarde, el turno a la canciller Ángela Merkel, cristianodemócrata, al tener que anunciar su decisión unilateral de garantía general de los depósitos bancarios en Alemania, unas horas después de que ella y otros líderes europeos reunidos, hubieran condenado una decisión similar del gobierno irlandés. Como cundía la desconfianza entre los depositantes alemanes ante los problemas bancarios, había que enviar un fuerte mensaje de tranquilidad.

Porque el Hypo Real Estate no es un banco cualquiera sino uno de los 30 valores principales del índice DAX que cotizan en la bolsa de Fráncfort. Y es un conglomerado de tres bancos con sus ramificaciones mundiales de filiales y sociedades, con el Hypo Real Estate Bank Ag; el Hypo Real Estate Bank International AG y el Depfa Deutsche Pfandbriefbank AG junto con el banco irlandés Depfa.

Desde Múnich, una sociedad de cartera, el Hypo Real Estate Holding AG, gestiona la estrategia del Grupo bancario centrado en el negocio hipotecario nacional e internacional y la especulación financiera, con un balance de 400,000 millones de euros. En la reciente historia de la crisis, figura ya como uno de los primeros bancos afectados por las hipotecas subprimes.
En septiembre 2008 se enfrentaba a una crisis de liquidez, por lo que el gobierno alemán y un grupo de bancos acordaron garantizarle un préstamo de 35,000 millones de euros para que cubriera sus necesidades de dinero durante varios meses. Y semanas después, a principios de octubre 2008, registraba unas pérdidas contables de 390 millones de euros, por lo que ese mismo mes tenía que ser rescatado con otros 50,000 millones de euros de dinero público. Y ahora ha solicitado de Berlín otros 102,000 millones de euros más y se rumorea que necesitará más dinero aún para mantenerse a flote.

¿Financia el dinero público la especulación financiera y el apalancamiento?

Los expertos le citan como ejemplo de modelo de negocio especulativo que fracasó con la crisis de las hipotecas estadounidenses. El HRE carece de depósitos minoristas, recaudando dinero completamente en los variables mercados mayoristas mediante efectos comerciales a corto plazo. Más aún, su negocio como prestamista se concentra casi por completo en un segmento altamente cíclico como es el negocio inmobiliario de locales comerciales, proporcionando financiación a empresas inmobiliarias y promotores. Otros bancos del Grupo se dedican a la financiación de una serie de entidades del sector público. Y desde luego, la denominada “gestión de activos y los mercados de capitales” es otro sector importante de sus actividad bancaria, es decir, la gestión financiera puramente especulativa es una dedicación básica del holding gestor.

Al carecer de depositantes, el mayor riesgo de este Grupo bancario proviene de su financiación directa en los mercados internacionales, teniendo una gran porción de su pasivo a un plazo de amortización menor que el de sus activos, adquiridos además con un alto nivel de apalancamiento, con un endeudamiento excesivo. El mismo problema que afrontan los bancos estadounidenses y del resto del mundo; porque el mercado de los efectos comerciales ha sido también la mayor fuente de financiación de los bancos europeos (FT, 7/10/2008).

Un ejemplo de banca transnacional escasamente supervisada

Los expertos aseguran que los problemas del HRE surgieron del negocio especulativo de la filial irlandesa Depfa, una entidad que tras largas negociaciones fue absorbida en julio 2007, cuando ya había comenzado el declive y los problemas de liquidez derivados de la crisis de las hipotecas estadunidenses sin garantías y la crisis generalizada de los créditos hipotecarios de riesgo; una decisión que meses más tarde se revelaba muy equivocada.

Como todos los grupos bancarios dedicados a los negocios financieros globales que no crean riqueza ni empleos, el Hypo Real Estate es una organización compleja y extensa de bancos dedicados a la misma gama de “productos bancarios”. Para sus operaciones financieras transnacionales, el HRE dispone de oficinas en las diversas plazas del mundo, desde Chicago y Tokio a Londres o Madrid, pasando por Luxemburgo, Hong Kong, Suiza, Chipre y otros paraísos fiscales.

En la prensa internacional se apunta que el caso del HRE ha puesto de relieve los agujeros de la regulación y la supervisión bancarias alemanas y la carencia de una supervisión comunitaria europea para las operaciones transnacionales de la gran banca, que escapa a la supervisión del Banco central de su país donde tiene su sede central; porque las fronteras nacionales marcan los límites para una supervisión que resulta incompleta sobre las operaciones bancarias internacionales.

Es uno de tantos hechos actuales que justifican que la Unión Europea conceda prioridad a la regulación financiera en la agenda de la próxima cumbre del G-20 en Londres, frente a la prioridad del endeudamiento para reactivar las economías que los EEUU quieren imponer. Aunque en todo caso es un problema político que habrá de resolverse dentro de la UE, antes de que los tecnócratas de Bruselas descubran una sucedáneo técnico al margen de los parlamentos de la UE.-

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