lunes, 17 de noviembre de 2008

FORTIS o cómo engañar a los accionistas y a los gobiernos


El caso del banco belga-holandés Fortis es un ejemplo típico de la ignorancia con que se gestan los rescates por los gobiernos europeos ante la crisis bancaria junto con la impotencia comunitaria europea; además de revelar las mentiras sobre las que se gestionan los grandes bancos, por no mencionar la falta de ética de quienes manejan el dinero ajeno, algo que explica la persistente incertidumbre bursátil.


Resultado de la privatización de la vieja Caja de General de Pensiones y Ahorros de los belgas y de fusiones posteriores, en 2007 el Grupo bancario y asegurador Fortis ocupaba por ingresos el puesto número 20 en el mundo; y sus 85,000 empleados tenían su base en los tres países del Benelux con una red de banca minorista comercial y también de negocios, de seguros de vida, salud y actividades de “private banking” o banca personalizada para grandes fortunas. Y su rescate muestra la incapacidad de los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, para afrontar por separado la crisis bancaria así como la fragilidad de la información en que soportaron sus decisiones.

El caso de Fortis ha puesto de manifiesto el problema de unos bancos demasiado grandes para que sean salvados por un solo gobierno y las consecuencias de la carencia de instituciones europeas para el gobierno comunitario de las finanzas; porque el Banco Central Europeo provee de liquidez al Eurogrupo pero carece de competencias para afrontar la insolvencia de los bancos.

Un rescate bancario en dos tiempos.

El primer intento de rescate comenzó el último domingo de Septiembre pasado. Con la inyección de 11,200 millones de euros como una acción concertada de esos tres gobiernos europeos del Benelux parecía que se había salvado de la quiebra a Fortis. Para restablecer la confianza entre los inversores y tras numerosas reuniones de ministros, responsables de bancos centrales y relevantes financieros durante aquel fin de semana, el primer ministro belga anunciaba una nacionalización parcial de Fortis, por la cual cada uno de los tres países implicados se quedaba con el 49 % de la organización del banco en sus territorios.

Pero cinco días más tarde, esos mismos gobiernos afrontaban una situación del banco que no habían podido prever cinco días antes. Es obvio que carecían de la información necesaria sobre la verdadera situación financiera del Grupo Fortis. Y, por tanto, tenían que adoptar un nuevo de acuerdo de rescate consistente en el reparto de la propiedad del banco por países. Holanda se quedaba con la organización de Fortis en ese país, incluidos los activos de ABM Amro Bank adquiridos un año antes; el Estado belga, con el 11,1 % del capital; Luxemburgo, con el 1,1 % y el banco francés BNP Paribas se quedaba con el 75 % de las actividades bancarias en Bélgica y el total de su cartera de seguros. Previsto o no por estos gobernantes europeos, como resultado colateral de esas sucesivas decisiones, el BNP Paribas se convertía en la primera banca de depósitos de la zona euro, sobrepasando así al ING holandés y al Deutsche Bank. Decisiones políticas con ganadores y perdedores.

Para colmo, a finales de Octubre 2008, el gobierno belga mostraba su fuerte irritación al conocerse públicamente que Fortis había pagado a su director financiero una gratificación de 4 millones de euros cuando por presión de los accionistas fue democionado de su puesto en el comité ejecutivo del banco pasando a consejero del presidente, una vez urdida la compra de ABM Amro. Esta vez la recompensa por la incompetencia gerencial sucedía en Europa, no en los EEUU.

Le grand mensonge de Fortis

Además, unos días más tarde, el periódico belga Le Soir revelaba “la gran mentira de Fortis” que un año antes había ocultado su exposición a los créditos hipotecarios subprimes, precisamente en el momento en que se lanzaba a una masiva recaudación de fondos para lograr la disputada adquisición de ABM Amro; que había sido adquirido por Fortis en Octubre 2007 en consorcio con el Grupo Santander y el Royal Bank of Scotland (RBS).

Para alcanzar ese final y con el propósito de tranquilizar a los accionistas, en un comunicado publicado el 21 Septiembre de 2007 Fortis había asegurado que los problemas inmobiliarios estadounidenses no pesarían en sus resultados anuales o carecerían de relevancia en el conjunto. Pero por esas mismas fecha, se afirmaba lo contrario en un documento interno destinado al comité ejecutivo, el órgano supremo del banco, y elaborado por la división de “banca privada y comercial”. Según se detalla en el mismo, a finales de Agosto de 2007 Fortis detentaba 5,715 millones de euros en CDOs (Collateralised Debt Obligations) los famosos títulos garantizados por créditos hipotecarios, casi todos esos títulos (5,128 millones) estaban respaldados por las hipotecas subprimes que propagaron en los mercados financieros la crisis inmobiliaria estadounidense. Estaba clara, pues, la exposición del Grupo a los créditos hipotecarios estadounidenses de riesgo aunque públicamente lo había negado.

¿Cómo la Alta Dirección del Grupo Fortis ha podido embarcarse en esta colosal historia de mentiras?, se preguntaba el periódico francés Les Echos ante la revelación de Le Soir. Y es que en esa misma fecha del documento interno que constataba su arriesgada situación financiera que se ocultaba públicamente, el Grupo Fortis lanzaba un gigantesco aumento de capital de 13,400 millones de euros destinados la financiación de la compra de ABM Amro, colocando todas las nuevas acciones en las primeras semanas del mes siguiente.

Apenas dos meses después, con la publicación en Noviembre de los resultados del tercer trimestre de 2007 se conocía que la cartera créditos “estructurados” de Fortis ascendía a 53,000 millones de euros, de los cuales el 10 % eran CDOs expuestos a las subprimes, cuya amortización en meses sucesivos iría en aumento hasta sobrepasar los 4,000 millones de euros en el último recuento del 28 de Septiembre de 2008.

Las redes de Fortis siguen activas para el dinero sucio

Los rescates no han perturbado al sector de la llamada banca privada o personalizada para grandes fortunas que es una de las actividades bancarias florecientes en Europa. Y en “Fortis - según dice una de sus webs en inglés – hemos organizado nuestros servicios para apoyar a los individuos riquísimos (wealthy) en su elección de vida, tanto en su propio país como en el extranjero. Mediante una red integrada e internacional, Fortis Private Banking combina la fortaleza de un gran Grupo con el trato entregado de una casa especializada” y especifica los “servicios de ultimo grito para individuos riquísimos” (State-of-the-art services for wealthy individuals) Toda una muestra sofisticada de ingeniería fiscal o de planificación de la evasión fiscal a lo grande meses después del rescate de ese banco con dinero de los contribuyentes.

Los medios de comunicación no nos han contado que las decisiones gubernamentales sobre el rescate del banco Fortis han mantenido intactas sus distintas redes de filiales y sucursales. Casi doscientas compañías integran la organización bancaria y de seguros de Fortis en Septiembre de 2008, según una de sus numerosas webs. Como organización global, casi todas bajo la denominación de Fortis Bank o Fortis Investment domiciliadas en diversos países, que además de Luxemburgo, incluyen Suiza, la Isla de Man, Mónaco, Curaçao (Antillas holandesas) y Guernesey, paraísos fiscales notorios por su secretismo y su opacidad que ofertan como ventaja competitiva en el ancho mundo de las finanzas globalizadas.

Más aún, en un artículo de primera página, el periódico holandés Volskrant (7/10/2008) comentaba los dossieres acumulados por el Ministro de Finanzas con la adquisición de Fortis Bank Netherland y ABN Amro Bank Netherland , propiedad de Fortis, que registran cuentas de dinero negro de holandeses en la filiales de ABN Amro en Suiza y Luxemburgo. Y asimismo, se subraya que las investigaciones de SOMO, el Centro de investigación sobre corporaciones multinacionales en Ámsterdam, revelan la existencia de más de 700 filiales y sucursales de Fortis-Amro en jurisdicciones opacas como señaló la OCDE, como son las Islas Vírgenes Británicas, las islas Caimán, Panamá y las Antillas Holandesas, donde las redes bancarias de Fortis siguen operativas tras su intervención de los gobiernos del Benelux.

Hechos que no facilitaran los procesos judiciales que, según reseñaba Le Monde (8/11/2008), se han abierto en el Benelux y en los EEUU contra los directivos de Fortis y contra los gobiernos que desmembraron el Grupo. Los miles de pequeños accionistas que han visto devaluadas hasta cero sus inversiones en Fortis y su repentina partición, intentan recuperar las pérdidas sufridas en sus ahorros, porque aparte de otras consideraciones ni siquiera fueron consultados. Y toda esa información desvelada alimenta esas reclamaciones judiciales de accionistas perjudicados contra la dirección del banco, que tardarán mucho tiempo en resolverse por su complejidad intencionada que implica microestados que apenas registran datos contables y que como paraísos fiscales brillan por su falta de cooperación con los demás países.-

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