domingo, 22 de marzo de 2015

La riqueza oculta de las naciones

     (Reseña publicada en TEMAS para el debate. Marzo 2015. Nº 244 sobre el libro La riqueza oculta de las naciones. Investigación sobre los paraísos fiscales. Gabriel Zucman. Ed. Pasado & Presente, Barcelona, 2015)
                                                                             

Ningún gobernante europeo niega hoy que el endeudamiento de algunos Estados europeos haya alcanzado niveles inquietantes, pero se silencia el auge del gran fraude fiscal en todos. Y Europa es la economía más afectada por la evasión fiscal porque “la impunidad de los defraudadores es prácticamente total” y “los paraísos fiscales nunca han gozado de tan buena salud como ahora”, sostiene este libro. Y lo prueban las más de cien imputaciones de políticos españoles por corrupción, vinculados con paraísos fiscales y delito fiscal. A partir de una investigación estadística, se nos ofrece una serie de reflexiones y conclusiones sobre las fortunas ocultas en paraísos fiscales, constituidas por títulos bursátiles y activos financieros. Y el autor, Gabriel Zucman, es un joven economista francés, profesor de la London School of Economics, a quien Thomas Pikkety agradece de modo particular su colaboración en la primera página de la su ya famosa obra “El capital en el siglo XXI”.

El libro de Zucman relata de modo ameno e interesante sobre cómo se produce la evasión fiscal en la gestión de las fortunas europeas con interesantes observaciones y conclusiones.

Para empezar, sostiene que el secreto bancario en Suiza sigue vivo; y analiza cómo tiene lugar en Suiza la gestión de patrimonios extranjeros, consistente en la custodia de títulos financieros por cuenta ajena que los bancos suizos no contabilizan en sus balances simplemente porque no son suyos. De modo que hoy en día cerca del 60 por ciento de las fortunas gestionadas por las entidades helvéticas pertenecen a residentes de la Unión Europea. En 2013, las fortunas extranjeras en Suiza ascendían a 1,8 billones de euros, de los cuales un billón pertenece a europeos, según los cálculos del autor; lo que seria el nivel histórico más alto. Las cuentas numeradas, que fueron prohibidas para combatir el blanqueo de dinero sucio, han sido sustituidas por los trusts (fideicomisos), las fundaciones y las sociedades-fantasma. Y estos entes jurídicos ya no están domiciliados en Suiza sino en Panamá, las Islas Vírgenes británicas, Liechtenstein u otros paraísos fiscales, aunque la Confederación Helvética pilota el gran circuito de la gestión internacional de las fortunas; y el mayor número de esas sociedades instrumentales se crea desde Ginebra. El libro deja fuera el análisis de la política de la Unión Europea sobre tratados comerciales con Suiza, que ha fortalecido su estatus histórico de paraíso financiero. Las declaraciones oficiales y noticias desinformativas son, pues, desmentidas por una realidad idéntica a la que referimos en nuestro libro que Akal publicó hace más de diez años.

Ahora que Jean-Claude Juncker es el presidente de la Comisión Europea y hemos sabido que durante sus dieciocho años de primer ministro de Luxemburgo firmó 548 acuerdos fiscales con una trama de multinacionales para defraudar al fisco de sus socios europeos, tenemos que destacar las páginas dedicadas al “paraíso fiscal de los paraísos fiscales”. El Gran Ducado, cofundador de la Unión Europea cuando se llamaba Comunidad, y cuando su siderurgia lo era todo y las finanzas no eran nada, actualmente no sería nada sin la industria financiera offshore, para no residentes. Y como colonia de la industria financiera internacional, Luxemburgo está en el centro de la evasión fiscal europea y paraliza la lucha contra esta plaga desde hace decenios; y convertido en una de las primeras plazas financieras del mundo, vive de comercializar su propia soberanía.

Finalmente se apunta lo que el autor llama un plan global de actuación contra la evasión fiscal; que incluiría la elaboración de un catastro (sic) financiero mundial o registro mundial de títulos financieros, como elemento de control para poder tasar las fortunas. Y se acompañaría de un intercambio automático de información fiscal entre países, similar al de la ley estadounidense FATCA de 2010-2013, que permitiría un impuesto global progresivo sobre las fortunas.

Resumiendo: lectura recomendada para gentes honradas.-







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