miércoles, 18 de julio de 2012

El lobby financiero controla al Gobierno británico


Desde el comienzo de la crisis financiera, los propósitos reguladores de los gobiernos del G-20 se han ido diluyendo, entre otras cosas, debido a la labor soterrada de los lobbys financieros, como hemos analizado en la parte tercera de El casino que nosgobierna. Y nuevamente en torno a esa labor constante de influencia política, se acaba de hacer público en el Reino Unido un informe que desvela las tareas de los lobbys financieros de la City londinense y algunas  de sus “inversiones” en ese paraíso de las finanzas mundiales; una información que se suma al escándalo del fraude de la manipulación del Libor, el tipo de interés de Londres, que las agencias de ratings y otros poderes en la sombra se han apresurado a borrar de la opinión pública. Son nuevos ejemplos de las trampas y juegos del capitalismo financiero que padecemos.

El año pasado el sector de los llamados servicios financieros británicos gastó casi 93 millones de libras esterlinas (unos 75 millones de euros) en presionar a reguladores y políticos en una “guerra de desgaste” que ha logrado una serie de victorias en el terreno de las medidas de política económica, según informaba el periódico The Independent (10/7/2012). Es una de las conclusiones de la investigación del  Bureau of Investigative Journalism,  que es una organización sin ánimo de lucro con sede en la Ciudad Universitaria de Londres y creada en abril de 2010 con la ayuda de una respetable fundación privada.

Actualmente esta industria de la presión política ya se ha lanzando a un nuevo combate contra la anunciada reforma gubernamental que pretende impedir la repetición del fraude de los tipos de interés como ha ocurrido en la manipulación durante años por Barclays, del que ya hemos dado cuenta. Pero la investigación hecha pública por el citado Bureau de periodismoinvestigador ante todo ha revelado la potente maquina de presión política de que dispone la City, cuyo alcance e influencia se sobrepone a los intereses generales del conjunto de la economía y del país.

La citada investigación que ha durado cuatro meses, ha logrado sacar a la luz  documentos hasta ahora desconocidos por la opinión pública, que demuestra que los profesionales de la presión política de la gran banca y los grandes fondos de inversiones, los  lobbystas financieros, han conseguido un gran número de modificaciones importantes en las políticas planteadas por el gobierno y el Parlamento británicos, destacando entre otras tres cambios políticos sustanciales como son:  
o       El recorte drástico del impuesto de sociedades en el Reino Unido y de los impuestos sobre las filiales bancarias en el extranjero.
o       La neutralización o vaciamiento del contenido propuesto para un sistema nacional sin ánimo de lucro de pensiones en beneficio de millones trabajadores temporales y con niveles retributivos bajos.
o       La anulación de los planes del gobierno para crear un nuevo organismo de supervigilancia corporativa que hiciera el seguimiento de las compañías cotizadas en Bolsa.

Todas estas contrarreformas las han conseguido la Corporación de la City de Londres (el organismo gremial autónomo sobre la milla cuadrada de oro), la Asociación de banqueros británicos (BBA) y la Asociación de aseguradores británicos, cuyos logros han beneficiado a las entidades financieras con miles de millones en menos impuestos.

La investigación del referido Bureau ha escudriñado la información obtenida en cientos de entrevistas, consultas y una amplia serie de documentos. Y así ha identificado a 129 organizaciones dedicadas de alguna forma a la labor de lobby, de presión política en favor del sector financiero; unas actividades que dan ocupación a más de 800 personas con tal dedicación exclusiva y que por sí solas suponen ya un coste de 92,8 millones de libras. Estos profesionales del lobbysmo financiero son altos empleados de los grandes bancos, consultores en asuntos públicos, representantes de organizaciones empresariales, miembros de prestigiosos despachos de abogados y consultoras de gestión empresarial.

Como caso más significativo se cita a la City of London Corporation que tiene el equipo de profesionales que disponen de más dinero; y según estimaciones solventes, esta entidad gremial  se gasta más de 10 millones de libras anuales en la defensa de asuntos públicos de su interés teniendo acceso muy fácil al ministro del Tesoro.  Un portavoz  de esta Corporación londinense precisa que ellos “no hacen presión (lobby) sobre firmas, negocios o personas concretas sino que se  mantienen en contacto con todos los partidos políticos… y actúan más bien como una organización comercial pero sobre un campo más amplio que los negocios particulares

Sobre la excesiva influencia de los bancos sobre la política británica, recientemente manifestaba su inquietud un economista y político del partido liberal, John Vicent Cable, que actualmente ocupa el cargo de Business Secretary en el gobierno británico de coalición de David Cameron:

 “El sector bancario tiene una influencia desproporcionada…- decía este político - Me preocupa realmente que el sector financiero británico, particularmente la banca, sea demasiado dominante y que asuma con demasiado facilidad la representación del interés nacional cuando a menudo sus intereses no son los mismos que los de la economía real”.

Sobre la banca española, seguimos esperando también que alguien investigue y nos informe de su dedicación eficaz a la presión política para hacer predominar siempre sus intereses sobre el conjunto de la economía española.-